El futuro del Patrimonio Artístico
El
concepto de Patrimonio Artístico está cambiando
Se basa en las nuevas ideas y valores de la sociedad y que a la vez son de
difícil consenso ya que el propio concepto es de difícil definición.
El
concepto se basa en definiciones contenidas en las leyes
internacionales, aunque al parecer no hay ningún documento que fije las normas
de la Protección del Patrimonio Histórico.
José
Castillo Ruiz, profesor de historia del arte en la Universidad de Granada y
especialista en Patrimonio Histórico, propone un estudio cuyo punto de partida
está basado en identificar las carencias en la definición del concepto.
Considera
por una parte que los textos normativos predominan sobre una definición
concreta desde el punto de vista teórico, cuyas implicaciones están dirigidas a
la selección de los bienes a proteger y que están vinculados a la tutela de los
organismos públicos. El reconocimiento de estos bienes es un derecho individual
y colectivo.
Hay
una falta de consenso de la terminología a utilizar y que es causa de
confrontación: Bienes Culturales,
Patrimonio Cultural, Patrimonio Histórico,… esta última es la utilizada por
las leyes españolas. La falta de acuerdo afecta a la continuidad entre el
pasado y el presente que vincula el Patrimonio a la Historia y a la cultura,
así como a los criterios de selección de bienes. El posicionamiento de la
Antropología –que ha trasvasado la disciplina al campo Patrimonial sin tener en
cuenta la disciplina requerida- considera que la cultura es su valor
identificativo, con una propuesta en el sentido de la construcción social del
Patrimonio, que no existe en la naturaleza sino que ha sido creado por el ser
humano.
También
introduce la subjetividad de los objetos
a proteger, aunque la naturaleza del Patrimonio está basada en el sujeto y
no en el objeto creado, aunque tampoco se trata de crear una gran lista de
objetos inmateriales a proteger ya que sería interminable porque cada cultura
tiene los propios y los que interesan en el presente.
En ocasiones no se tiene
claro el valor o significante de lo que se quiere proteger y cuál es el nivel
de importancia en la globalidad de la cultura,
que lleva a grandes dudas en establecer que es y que no es patrimonio
histórico. El resultado es que cada vez se tiene menos consideración al
patrimonio, y es que, el sujeto de la calle por desinterés en el legado
histórico, no se siente identificado con lo que se ha considerado objeto o
sujeto patrimonial; es por tanto necesario que desde la Administración del Estado
se conciencie a la ciudadanía, para que el Patrimonio tenga significado para
los ciudadanos y que es función de todos
el protegerlo.
Por
poner un ejemplo ilustrativo: hace unos días en una conversación con amigos
surgió el tema, la mayoría opinaba que sería mejor que los fondos que se
destinan a conservar el arte y los monumentos, deberían aplicarse a la investigación
médica. Es una opinión totalmente lícita, a mi juicio, que hubiera podido
rebatir con poco esfuerzo, pero no lo hice; fui perfectamente consciente de que
esas personas no asumían como propio el valor del Patrimonio, como un valor de
cultura y de la humanidad, sino como algo que no les pertenecía.
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