martes, 24 de noviembre de 2015

Abrazo místico de Cristo a San Bernardo.Francisco Ribalta.

Abrazo místico de Cristo a San Bernardo de Claravall. Francisco Ribalta. El Prado





La transformación de  “lactatio mística” a “amplexus”

Es una de las obras maestras del artista y de la pintura del Siglo de Oro español. Proviene de la Cartuja de Porta Coeli en Betera, Valencia. Antonio Ponz en su libro Viaje por España, describe la cartuja y esta pintura, la juzga como una de las mejores obras. Estaba situada en la celda del prior de la cartuja.

Tema: eros mistico o abrazo místico, aparece en las fuentes hagiográficas. En este caso se representa de forma muy realista.


Análisis formal y estilístico: No hay contexto, solo un primer plano protagonista con el foco de luz que impacta de forma directa en el abrazo y en penumbra; dos personajes y la cruz. Se representa una experiencia mística, en el imaginario del que lo vive.  El pintor traduce esta experiencia sublime en la pintura con gran verismo, luz  y  realismo anatómico. Las influencias estilísticas se observan en la nariz característica y la gran belleza física que  Sebastiano del Piombo, seguidor y protegido de Miguel Ángel, otorga a las figuras. San Bernardo se caracteriza por la pureza y la delgadez de su rostro. Hay un estudio de gestualidad; la bondad del rostro del Cristo la cara de consuelo del Santo (la justificación de toda una vida), que puede ser también un retrato. Gran protagonismo del hábito cisterciense, blanco con volúmenes, luces y sombras.

Sebastiano del Piombo era veneciano, trabaja la figura monumental, seguidor de Rafael y de Miguel Ángel. En el siglo XVI, había obras de este pintor en Valencia: cuatro pinturas de Cristo en la Cruz encargadas en época de Carlos V por el embajador ante la Santa Sede, Jerónimo Vich y Volterra, cuando acaba su cargo vuelve con las pinturas. Su bisnieto Diego Vich y Masco encarga a Ribalta copias de las pinturas de Sebastiano del Piombo. Hay una gran influencia de su Cristo en la Cruz.

Ribalta es el gran héroe de la pintura y muestra la comprensión más clara del naturalismo claroscurista de Caravaggio. Es de Solsona en Lerida. Hacia 1570 la familia se traslada a Barcelona, donde se formó como pintor. En 1581 se quedó huérfano vendió sus posesiones y se trasladó a Madrid  donde completaría su formación de pintor y donde forma una familia (documentado).  Se relaciona con los pintores de la corte -Blas del Prado y Juan Pantoja de la Cruz- y con el círculo de literatos -Lope de Vega-. Su producción en Madrid aún no está identificada y es posible que este asociada a otro pintor. Hay otras obras en el Escorial, ya que como muchos pintores estaba al abrigo de Felipe II. En 1598 al  morir el rey se traslada a Valencia atraído por la figura del arzobispo  Juan de Ribera y por el contacto que le proporciona Lope de Vega.  Un año más tarde ya estaba en la cofradía de la Virgen de los Desamparados, el principal órgano social valenciano, un indicador de que está integrado en la sociedad.

Juan de Ribera es el ideólogo de Valencia, un intelectual de primer orden comprable con Carlos Borromeo, un eclesiástico culto, hijo ilegitimo del duque de Alcalá, responsable de la introducción de la Contrarreforma en Valencia en la actualidad San Juan de Ribera. Es el responsable de tres campañas de evangelización de moriscos y es quien firma finalmente su expulsión. Fue obispo de Badajoz y allí encargó obras a Luis de Morales el divino, muere en 1611. Su patronazgo es la fundación del Colegio del Corpus Christi (Santo Grial), que se crea como seminario de formación de sacerdotes en la más estricta ortodoxia católica, un principio del Concilio de Trento  que será  uno de los primeros focos artísticos en los siglos XVI y XVII.

Valencia era el puerto más importante del Mediterráneo y uno de los primeros centros en recibir el renacimiento en España, llegan dos discípulos de Leonardo: Hernando Yáñez y Hernando Llanos.

Influencias: Juan de Juanes, el pintor más importante durante el 2º tercio del XVI, de él recoge  las formas romanas gigantescas de Miguel Ángel  y les da un carácter piadoso, tierno  y emocional, crea el icono de Cristo con la Eucaristía en la mano. Juanes triunfa tanto, que en el último tercio del XVI se repiten sus formas que caen en un narcisismo en sus seguidores. Vicente Requena y Juan de Sariñena inician el cambio hacia el naturalismo de los que beberá Ribalta, estas figuras estuvieron ignoradas, Requena está documentando en Italia.

Ribalta participaba en el iluminismo que se desarrollaba en Valencia. Una tendencia mística conocida como los “iluminados”, alrededor del sacerdote Francesc Jerónimo Simó, que tenía visiones de Cristo Nazareno. En 1612 muere  y  en 1614 se escribe su vida para llevar la documentación a la congregación de Ritas en Roma y pedir su beatificación o canonización. En el proceso participa Francisco Ribalta con dibujos para grabados que realizará Michael Lasne en Roma. Ribalta es un gran conocedor de la religión desde dentro. A partir de 1620 se muestra el pintor maduro, uno de los mejores pintores del periodo. Trabaja para religiosos como capuchinos y cartujos que promueven una religión más desgarrada.

¿Que veían los místicos en el siglo  XVI y XVII?: La Virgen, Cristo, y a ambos a la vez.  La Trinidad rara vez y a Dios casi nunca. Los ángeles y los santos de forma excepcional. El tiempo de aparición según Santa Teresa lo que dura un Avemaría y como máximo 2 horas. No es importante lo que hace o dicen (solo clases populares), lo importante es mostrarse la teofanía y la experiencia que se tiene,  que sobrepasa los límites de la visión: la unión mística.

El episodio más conocido es la Transverberación de Santa Teresa.[1] En su relato no refleja que sea una ocasión aislada, lo excepcional es que fuera aceptado por la Iglesia.  Habla que, vio un ángel con un dardo que se lo clavaba en el corazón y que le llegaba a las entrañas y que al sacárselo la dejaba abrasada en amor a Dios y no tenia deseos de que se le quitara, era un dolor espiritual aunque participaba también su cuerpo.

El eros místico.  No hay una investigación definitiva sobre el Eros místico. Si la experiencia visionaria es un vehículo no solo de percepción a través de la vista sino del resto de los sentidos, como poder representarlo a través de la pintura.  El problema es aún más complejo  ya que se trata de algo más íntimo, como la unión mística. El público de la época deseaba ver lo que no se puede ver.

Abrazar el verbo encarnado. Santa Teresa expone en el libro de su Vida uno de los métodos que utilizaba para provocar la Epifanía era leer libros, ya que según ella ni tenia intelecto ni imaginación. Esto nos lleva a la relación entre lectura-visión;  el texto funciona aún más que las imágenes pintadas y esculpidas. [2] En España hay una especial sensibilidad entre el libro y la experiencia de las visiones. A nivel iconográfico el libro provoca la unión mística, no se trata adecuadamente hasta la pintura del siglo XVII, hasta que la Iglesia toma poder del lenguaje del éxtasis que ciñe a sus intereses. Un ejemplo es la invención de la visión de San Antonio de Padua, se representa con un ramo de azucenas y con el Niño Jesús.  En la pintura el tema se presenta de forma variable. Es la unión de dos episodios:  “… se vio Antonio con un niño al que contemplaba y acariciaba con devoción, él dijo a la persona que le vio que no dijera nada,  que era el Niño Jesús”. Este hecho fue incluido en el proceso de su canonización y trata de la unión mística con un carácter de secreto. “… Antonio estaba predicando sobre el misterio de la Encarnación, cuando el Niño Jesús descendió y se instaló en su libro”. En este caso la Epifanía es pública, el libro es el soporte. Después de El Greco, la imaginación de los pintores desarrollará y variará la antigua iconografía. Hay cierta ambigüedad iconográfica entre alejamiento-acercamiento.
Gustar la leche de la Divina Ciencia. Se trata de la iconografía de Bernardo de Claravall al que se le asocia con la “Lactación mística de San Bernardo”, una teofanía especial que muestra un chorro de leche que desde el seno de la Virgen llega hasta Bernardo. En las vidas de San Bernardo no aparece este episodio. Este tema surge en España en el siglo XIII  y alcanza una gran difusión en los siglos siguientes.
El simbolismo de la lactancia es un topos de larga tradición, el origen está en un manuscrito de Bernardo  los Sermones sobre el Cantar de los Cantares: “…con frecuencia nos aproximamos al altar y empezamos a rezar (…) cuando persistimos la gracia se expande (…) se produce en nuestro corazón como una inundación de piedad, y si se llega a apretar no deja de verter con abundancia la leche de la dulzura inefable que ha conocido espiritualmente”. Trata de que la lactancia es  como un psicodrama que se desarrolla en la intimidad del corazón del creyente. Sigue con la conversación de dos esposos en el que el marido dice que sus pechos se han vuelto mejores que el vino de la ciencia secular que emborracha pero que no edifica nada.  Es la alusión a la infusión de la “Divina Ciencia” en el alma. Otra variante -no seguida con éxito-  es un episodio recogido en Soisson en el siglo XIV relativo a Bernardo en Citeaux que explícitamente dice que la Virgen le puso al santo el pecho en la boca y le enseño la divina ciencia. La leche de la Virgen se presenta como una fuente de elocuencia de Bernardo, que sustituye el don de la escritura, por el de la palabra.

Los pintores españoles que abordaron este tema se enfrentaron al tema concreto de la “unión”, sus obras tienen un carácter externo que irá acompañado de comentarios dirigidos al espectador. Evitan la representación de la lactación por succión  y la sustituyen por chorro y además preferirán la elocuencia infusa al de la escritura innata. La indecisión afecta a la forma de la teofanía. En los ejemplos españoles del siglo XV el chorro sugiere que la infusión simbólica de la ciencia divina es por voluntad de la Virgen, y sugiere la ausencia de contacto. La distancia irá aumentando  y los niveles de realidad se separan. En el siglo XVI y XVII  hay cambios importantes, el libro cambia su iconografía ya no es producto de la ciencia infusa, el chorro será considerado como un estímulo de la escritura en contra del libro visto como un depósito de ciencia secular. Paleotti dice que la imagen debía ser considerada más antigua e importante que la escritura.

En la segunda mitad del siglo XVII la iconografía de la lactación mística se clarifica y simplifica, en la que hay una predilección de la visión sobre el libro. Los objetos que  se presentan las obras, están relacionadas con los comitentes,  que utilizan la imagen de la visión, como una manipulación. Los textos de los que parten son de la leyenda de San Bernardo con versiones diferentes, en las que de forma implícita o explícita muestran la lactancia mística.

Retablo de San Bernardo. Anónimo XIII. Mallorca
La alegoría de la ciencia infusa se convierte en una traducción biográfica. La lactatio de María de la que sale un chorro a la boca de Bernardo con la bendición del Niño,  está al mismo nivel Bernardo y la Virgen y en paralelo la escena de escritura que forma parte del segundo acto y que Bernardo expondrá en  sus libros. Con mensaje alegórico.  Gustar/saber  = sapere en latín.



Lactación de San Bernardo.  Retablo de Tarazona. Martin Bernat. XV
La distancia aumenta en una visión de la Virgen que aparece en las nubes, es una imagen.  El chorro de leche sale de las nubes. Bernardo establece un doble contacto con la divinidad: ojos-boca que tiene una justificación teológica.




Lactación de San Bernardo. Retablo. Maestro de Canapost. XV
En el interior de una iglesia, orando ante el altar que preside la Virgen y el Niño, no se sabe si el chorro de leche sale de una aparición o de un retablo animado. El libro se desarrolla en otro panel.




Lactación de San Bernardo. Toledo. Anónimo. XVI
Bernardo de pie en un espacio abierto, en una nube aparece la Virgen y el Niño. La diferencia, además de la introducción del paisaje, Bernardo sorprendido por la aparición y el favor de la virgen hace el ademan de arrodillarse, el libro cae al suelo: por que aparece la Virgen e iconográficamente invierte la relación entre libro-visión; inicialmente el libro era el efecto y causa de la lactación.



Lactación de San Bernardo. Ángelo Nardi. S. XVII
Lo presenta como una aparición barroca. Bernardo aproximado al altar  se sume en oración y recibe la gracia infusa. El libro, el báculo y la tiara los situa como una naturaleza muerta. Los símbolos de la ciencia y del poder forman una vanitas, la antítesis de la ciencia divina.



Lactación de San Bernardo. Juan de las Roelas. XVII

Bernardo está ante al atril en actitud de leer, la Virgen se aparece y tiene lugar la lactación. El espacio es a la vez interior-exterior, la parte izquierda reproduce un studiolo: el libro abierto, las azucenas y un icono de la Virgen y el Niño, es como si el cuadro hubiera provocado la aparición, una escena doble. El icono (saber adquirido),  la visión (un fenómeno que transgrede la ciencia). 

Una escenografía con una visión barroca, la luz da al pecho de la virgen y al rostro de Bernardo. Es una visión-degustación a la vez en el que se distingue perfectamente como le llega la leche a los labios. Proviene de la mística cisterciense  “gustad y ver cuán bueno es el Señor”.  En este caso se representa un milagro místico y físico. Está relacionado con el comitente: el Hospital cisterciense de Sevilla, con una intención propagandística: el báculo penetra en la nube, es el enlace entre el cielo  y la tierra, como también lo es el chorro de leche. La presencia de un cántaro hace relación a la función de la orden de alimento a los pobres que está recogida en un texto de Bernardo y que el pintor recoge fielmente, además de ser un símbolo de abundancia y caridad. Bernardo es a la vez beneficiario de la ciencia infusa y el administrador del alimento sagrado a los necesitados: en espíritu y en carne.



Lactación de San Bernardo. Murillo
Subraya el aspecto místico personal de la unión. Los objetos los pone a los pies de la Virgen en señal de homenaje y de renuncia. La Virgen está descendiendo, su manto aun flota en el aire y sus pies no tocan el suelo. Subraya la distancia entre lo humano-divino intercalando una nube que relativiza la visibilidad del evento, que marca la diagonal de la composición.



Lactación de San Bernardo. Alonso Cano
Simplifica la iconografía y presenta la lactación de forma clara como un acontecimiento íntimo, personal y secreto a través de una estatua. Desaparecen los objetos y dejan paso a la representación de la lactación mística. Incluso la indiscreción del espectador está representada por un personaje que reza, que parece tener el privilegio de asistir a la teofanía y parece dirigir su rezo a Bernardo como intercesor, mientras Bernardo está en éxtasis: la unión mística se establece ante nuestros ojos.  El pintor se inspira en la leyenda bernardina  que el milagro tuvo lugar en una iglesia  en el momento que recitaba el Avemaría ante una imagen de la Virgen, en la que pide que se muestre y la estatua cobro vida  y envió 3 gotas de leche a sus labios. 


“Un favor tan singular”. En la iconografía de San Bernardo se incluye un episodio en el que Cristo crucificado desclava uno de sus brazos para abrazar a Bernardo. Ayala un iconógrafo deja el tema de “este favor tan singular” en suspenso que Paleotti aclara indicando que Bernardo tenía una gran devoción ante Cristo crucificado.  El mito del Amplexus y el de la Lactatio es una transformación narrativa cuyo origen viene del comentario de Bernardo al Cantar de los Cantares. El comentario alegórico, que vuelve sobre la escena del voyeur se convierte en un relato biográfico. El tema es tratado de forma ambigua entre la visión y la realidad.

Desde la Edad Media hay ilustraciones de este episodio en un manuscrito ilustrado dentro de una O mayúscula aparece el abrazo, en la misma página otro fraile y una monja asisten a la escena, reconociendo la santidad de Bernardo e invocan su intercesión. Lo que no se aclara es si este hecho tuvo lugar delante de una imagen.

La iconografía del abrazo de San Bernardo lleva el tema del éxtasis a su punto culminante  con Ribera ya que se abandona el dialogo de las miradas y lo invierte ya que es Cristo quine mira a Bernardo, un detalle de gran importancia ya que Bernardo al cerrar los ojos goza con más intensidad el abrazo sagrado ya que ser mirado por Cristo es un favor supremo. Esta invención de Ribalta la repite en otra obra referida a San Francisco. Este cuadro desató una polémica sobre dos modos de rezar: con los ojos abiertos o cerrados, este último se consideró poco recomendable ya que aislaba al devoto de la comunidad y facilitaba el profundizar personalmente en las experiencias místicas, que habíamos visto en el éxtasis de Santa Teresa. Ribalta en sus obras acentúa el éxtasis y el carácter interior de la experiencia como una realidad.


Cristo en la Cruz abrazando a San Bernardo. Francisco Ribalta.

Se observa una ambigüedad en cuanto a la experiencia extática; es una visión o un crucifijo animado. La técnica del trampantojo del crucificado  por su realismo  ya nos llevaba a la comunicación directa con el espectador, por tanto esa ambigüedad es deliberada: un primer plano acentuado en el que Cristo inclina la cabeza hacia Bernardo y lo abraza con ambos brazos, mientras Bernardo con pose extática y ojos cerrados le devuelve el abrazo y apoya el rostro en el brazo de Cristo. Al ser invisible la línea del suelo la incertidumbre aumenta; esta Bernardo levitando o es Cristo que desciende. El contraste entre los cuerpos desnudo-vestido refuerza el abrazo, la luz atenúa los contrastes y subraya el mismo nivel de realidad. La zona de contacto presenta una X, una señal doble, contacto/censura al mismo tiempo. Hay 2 personajes (imperceptibles) que miran directamente al espectador, para incluirlo en la experiencia mística.




El Amplexus lo vuelve a repetir en:


Cristo en la cruz abrazando a San Francisco. Francisco Ribalta






Estudio iconográfico: Víctor Stoichita. El ojo místico. Madrid: Alianza, 1996




[1] Conocida por la obra de Bernini, en pintura se ha representado de forma mediocre.
[2] Los libros en lengua vernácula eran sospechosos para la Iglesia ya que eran accesibles directamente. Santa Teresa no sabía latín, solo castellano/romance, incluso lo prohibió, lo que provocó una crisis en la literatura mística española

sábado, 24 de octubre de 2015

IGLESIA DE SAN FRANCESCO. AREZZO. PIERO DE LA FRANCESCA. LA VERACRUZ


PROGRAMA ICONOGRAFICO DE LA VERACRUZ. IGLESIA DE SAN FRANCESCO (presbiterio). AREZZO. PIERO DE LA FRANCESCA. 1452-1466

 



  
Este programa sienta la forma de interpretar el tema de la reliquia de la Veracruz. Las escenas no están insertas cronológicamente.



Según Jaccopo da Varazze, la madera con la que se construyó la cruz de Cristo, la Veracruz, fue del árbol que nació de la boca de Adán a través de una semilla. Los pasajes de esta leyenda es que a partir de esta cruz ocurrieron milagros históricos, motivo de La Guerra Santa. Mientras se hace esta pintura tiene lugar la Conquista de Constantinopla.

Esta obra plasma por primera vez las escenas de la Veracruz. Es una obra importante que ha sufrido destrozos, el propio Piero utilizó una técnica poco adecuada, la tempera ya nunca había pintado al fresco. El terreno de Arezzo es inestable por los seísmos y en el S. XVI se construyó un campanario sobre el ábside, que la estropeo aún más. En el S. XX, se colocaron tirantes de hierro  que también afectaron negativamente, en el 2000 tuvo una gran restauración. La razón de este tema en una iglesia de franciscanos es porque son los que custodian, aun hoy,  las reliquias de Tierra Santa. El trozo de Lignum crucis más importante se conserva en El Vaticano

Muerte de Adán. Adán a punto de morir recuerda que el ángel le prometió en su expulsión del Paraíso que les daría el aceite del árbol de la misericordia. Adán le pide a Set que vaya a buscarlo (detrás Set con el ángel dándole la semilla).Cuando regresa Set (de nuevo) Adán ya se ha muerto, le coloca la semilla en la boca. Esta semilla germina y dará lugar a un árbol, del que se construirá la cruz. Por esa razón en las escenas de crucifixión, bajo el monte Calvario si sitúa la calavera de Adán.



Adoración de la madera del puente y encuentro entre Salomón y la reina de Saba.  La reina de Saba visita a Salomón, cuando pasa por un puente tiene una revelación, baja del caballo, se arrodilla y reza. Después le explica a Salomón, que de esa madera se construirá una cruz en la que será crucificado un hombre. Desmontan el puente y entierran la madera. Es una escena compartimentada, la columna separa las escenas de una historia separada en el tiempo. Las características de las figuras son las propias del artista, frentes amplias, dibujo plano, etc. El encuentro entre los monarcas se interpreta como la aceptación de la religión judía. 



Anunciación. Dios padre engendra a su hijo, el Mesías que salvara a  los hombres del pecado original. La columna fracciona, comunica las dos partes.



Sueño de ConstantinoEl criado y dos soldados velan el sueño de Constantino, un ángel se aparece, le enseña la cruz y le dice que lo ponga en su estandarte, con ella  vencerá en la batalla de Majencio. Es la primera escena nocturna pintada en el exterior.



Batalla de Constantino y Majencio. Una escena de batalla que recuerda los caballos y las lanzas de Paolo Ucello. El emperador Constantino, el que luce el gorro exótico bizantino, se convierte al cristianismo, con gran devoción por la cruz, su madre Elena también se convierte y viaja a Tierra Santa a buscar la Cruz.



Santa Elena desentierra las maderas. Encuentra tres, de ellas la Veracruz es la que resucita a un joven.



Batalla de Heraclio y Cosroes. Heraclio lucha para recuperar la cruz robada por Cosroes.


Heraclio entra descalzo en Jerusalén. Devuelve la cruz a los franciscanos, la orden que custodia desde entonces las reliquias de la Cruz.






































sábado, 29 de agosto de 2015

La Tragedia



EL ORIGEN DE LA TRAGEDIA


Según Aristóteles su origen viene del dithyrambo; fiestas y procesiones de la vendimia donde se convocaba a Demeter y a Dionisos. Arión de Corinto en el año 540 a.C. da forma al dithyrambo con cantos líricos en coros de 50 hombres que invocan a los dioses a que bajen a la tierra para cumplimentarlos, las Dionisias (Panateas, Leneas y rurales). En el 534 a.C. Pisístrato instaura los primeros concursos.



Se desconoce como se origina ya que sucede solo en Grecia, que es lo que diferencia a los griegos del resto de civilizaciones. Las historias no se inventan, se toman de los relatos épicos y de la mitología, se presenta el momento álgido: el destino y el desequilibrio después de un pecado de exceso de un héroe, en el que se invierte la situación y se desata la hibris. La tragedia muestra la grandeza y la miseria,el dramaturgo intenta que el publico se identifique con el protagonista, para producir la catharsis.
La tragedia era la manifestación de la belleza, conmovía a los espectadores. Estaba dividida en: Prólogo (pone al publico en antecedentes), Párodos (entrada solemne del coro), Episodios (la acción de mayor importancia recitada por los actores), Estasimon (se intercala entre los episodios) y Éxodo (salida solemne del coro que marca el final de la Tragedia).

En la Tragedia se manifiesta la libertad de decisión del ser humano y como le afectan sus decisiones, el destino, tomando como personajes a los héroes, entre lo público y lo privado. Los tres trágicos son: Esquilo, profundamente religioso, Sófocles, se cuestiona el porqué y Eurípides, que ya no cree, inventa el melodrama. Había música, se conocen los instrumentos la través de la cerámica principalmente (aulos, lira, percusión, crótalos). El coro está siempre en escena y facilitaba el cambio de máscara de los actores, solo dos, que ejecutaban todos los papeles.


You wild goddesses who dart across the skies seeking vengeance for murder, we beg you to free Agamemnon's son from his raging fury.... We grieve for this boy...
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domingo, 23 de agosto de 2015

La Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina




En 1477 el papa Sixto IV de la Rovere inicia la construcción de la Capilla Magna, siguiendo el modelo de la Capilla Grande de Avignon, levantada por Clemente VI en 1342.  El arquitecto es Giovannino Dolci bajo el proyecto de Baccio Pontelli, con unas medidas de 40,93, 13,41 x 20 mts de altura, con las proporciones del Templo de Salomón –longitud tres veces la anchura y en altura la mitad de la longitud. Se aprovecha la parte baja  de la antigua capilla -el exterior es austero  y el interior es un estallido pictórico-.  No tenemos referencias de la arquitectura de la planta, aunque Benozzo Gozzoli la representa en el Viaje de San Jerónimo a Roma c. 1450. San Francesco a Montefalco.  

El exterior es una arquitectura de fortificación, poco renacentista, ya que estaba anexa a los muros del palacio papal. Es una estructura representativa próxima a las estancias privadas.  Utilizada por los canónigos, tiene una función ritual en la que se celebran los actos de importancia como es la elección del papa. Sixto IV la concibe un una gran intensidad ritual, parte la superficie en dos zonas que se inicia con un círculo, rota porphyretica, donde se coronaba a los emperadores, una entrada procesional hacia la parte noble del coro o cantoría, en el lugar de mayor privilegio se situaba el sitial del papa, en el lado derecho. El pavimento es de mosaico cosmatesco.



En 1480 acabada la reconstrucción arquitectónica y la guerra, Sixto IV en un intento de aproximación con los Medici y conociendo que en Florencia están los grandes pintores, encarga a Sandro Botticelli y a Pietro Perugino la decoración de los laterales de la capilla. Colaboran también los florentinos, Domenico Ghirlandaio, Cósimo Roselli, Biagio di Antonio Tucci, Piero di Cósimo, Luca Ssignorelli y Bartolomeo della Gatta.




Visita virtual Capilla Sixtina:

http://www.vatican.va/various/cappelle/index_sistina_it.htm


El altar se encarga a Pietro Peruggino, una pala sobre muro, la Asunción de María, como eje teológico de la Antigua y Nueva Alianza, “Sub lege” (Moisés) y “Sub gratia” (Cristo).

Los muros laterales se pintan a la manera gótica por encima de los tapices de época medieval, con los símbolos de, de la Rovere. Son escenas narrativas que muestran en paralelo la vida de Moisés y la de Cristo (algunas de las escenas están perdidas en la actualidad). 

En el muro de a izquierda la historia de Moisés: CONTURBATIO MOYSI LEGIS SCRIPTE LATORIS. Rebelión contra la Ley de Moisés (Botticelli), referida a  el motín de Coré, Datán y Albirón contra Moisés por nombrar a Aarón sacerdote. El arco tiene la inscripción: Nadie se atribuya el honor (del sacerdocio) sino es llamado por Dios, como Aarón. Disputa del cuerpo de Moisés (Matteo da Lecce). Las pruebas de Moisés (Botticelli), una lectura compleja que reúne 8 episodios. 









En el muro de la derecha las escenas de la vida de Cristo: CONTURBATIO IESUS CHRISTI LEGISLATORIS. Rebelión contra Jesucristo legislador (Pietro Peruggino), referido a la potestad a Pedro de las llaves, con  5 episodios, las leyendas exaltan a Sixto IV que emula a Salomón. Resurrección de Cristo (Hendrick van der Broeck).





La bóveda se encarga a un pintor secundario, Pier Matteo d’Amelia, con un diseño celestial, similar a la de  la Capilla Scrovegni.  


A los lados de las ventanas, en fornículas,  la genealogía de los papas.




Las pinturas de Miguel Ángel


En 1504 la capilla estaba en mal estado, “in rovina e tuja danneggiata,  las pinturas de Pier Matteo d’Amelia muy dañadas.  En 1508 el papa Julio II encarga a Miguel Ángel la decoración de la bóveda, inicialmente las figuras de los doce Apóstoles. El pintor cambia de idea para plantear  la historia de la redención, a partir de la venida de Cristo prefigurada por la de Moisés.

La bóveda


Hace una estructura geométrica en rectángulos con dos formatos diferentes; uno más grande y otro más pequeño, que dejan espacios para colocar tronos o cátedras para profetizar lo que sucede en los muros inferiores; la venida de Cristo por los profetas y las sibilas. La lectura es desde el altar, aunque el proceso de creación fue al contrario (la capilla estaba en uso).


El Génesis, desde la creación, separación de Dios y el nuevo encuentro con la salvación de Noé: Separación de la luz de las tinieblas, Creación de los astros, Creación de la naturaleza, Creación de los animales, Creación del hombre, Creación de la mujer, Expulsión del paraíso. Las escenas de Noé: el Diluvio, el Sacrificio, la Embriaguez, son las primeras y están concebidas de forma diferente, son de menor calidad y con un exceso de detalle que  no se aprecia desde abajo. Cuando bajó del andamio vio la confusión, al reemprender la nueva fase, abandona la tradición del quattrocento con una composición más potente y limpia que permite reconocer las escenas. Los rectángulos más pequeños están flanqueados por cuatro Ignudi sujetando tondos narrativos a la manera clásica.

A ambos lados los Profetas y las Sibilas.
En los arcos, los Antepasados de Cristo
En los ángulos y lunetas, el Antiguo Testamento,  David y Goliat, Judith y Holofernes, el martirio de Aman y la Serpiente de bronce y otros episodios.






Cuatro años trabajando en solitario para mostrar su genialidad y la superioridad sobre otros pintores, sobre un pontegio de torres móviles. La pintura caía sobre sus ojos por la postura en la que pintaba, este hecho lo recoge en uno de sus sonetos, el número 5:

MI' ho già fatto un gozzo in questo stento, coma fa l'acqua a' gatti in Lombardia o ver d'altro paese che si sia c'a forza 'l ventre appicca sotto 'l mento.
La barba al cielo e la memoria sento in sullo scrigno, e 'l petto fo d'arpia, e 'l pennel sopra 'l viso tuttavia mel fa, gocciando, un ricco pavimento.
E' lombi entrati mi son nella peccia, e fo del cul per contrapeso groppa, e 'passi senza gli occhi muovo invano.
Dinanzi mi s'allunga la corteccia, e per piegarsi adietro si ragroppa, e tendomi com'arco soriano.
Però fallace e strano surge il iudizio che la mente porta, ché mal si tra' per cerbottana torta.
La mia pittura morta difendi orma', Giovanni, e 'l mio onore, non sendo in loco bon, né io pittore.


En 1515 León X encarga a Rafael el diseño de los tapices de la parte baja de los muros.

  

Pared del altar: El juicio Final


La Capilla Sixtina se estaba convirtiendo en la capilla de los grandes papas, Clemente VII quería dejar su huella en ella.  En 1533 llama a Miguel Ángel para encargar las pinturas de la pared del altar, inicialmente debía ser la Resurrección de Cristo o la Resurrección de los muertos de la última parusía, el Juicio Final. Al llegar el artista a Roma el papa Clemente había muerto, su sucesor Pablo III asume el encargo. Miguel Ángel se encuentra con un muro con dos ventanas, pinturas y un retablo, no es un lugar adecuado para representar  el Juicio. El artista cerró las ventanas del altar y sacrificó la pintura de Peruggino para cubrir el muro y cerrar la luz, inclinó el muro engrosándolo unos cms., por la parte superior, para que la pintura incida sobre el espectador, esto otorga una gran presencia  a las figuras además de ser más grandes en la parte superior; es decir juega con la parte superior oscureciendo la inferior. Las pinturas se descubren en la vigilia de los Todos los Santos. Fue una obra muy criticada y censurada por los desnudos. Pablo IV propuso destruir el muro con la excusa que la capilla era pequeña.  Después de la muerte de Miguel Ángel, su gran amigo  Daniele de Volterra las retoca añadiendo paños a los desnudos, con ello recibió el apelativo de “il braguetone”.




Es una nueva expresividad en una composición de espacio tripartido del mundo medieval:
  1. Celestial: ángeles, Cristo y los elegidos, su ejército y la presencia de su Madre, un tema que tiene en su mente una vuelta a su infancia para encontrar el sentido de su existencia, tenía 60 años, la incerteza de la vida-muerte y la duda que empieza a tener de la transcendencia sobrenatural, aparece en las obras y en su poesía.
  2. Los que anuncian el juicio en el centro, los salvados a la derecha del padre, a la izquierda los condenados al infierno.
  3. La resurrección de los muertos, separados de cielo y del infierno.

El centro. Muy intenso, representa la tensión histórica y su propia historia, de madre e hijo que representó en la Pietá Vaticana, invirtiendo la actitud teológica (madre, hija de su hijo. Dante). Cristo está rodeado de un “ábside” formado por la corte celestial y acompañado por su Madre en una situación de sumisión y protección. No es un Cristo entronizado, sino desnudo con solo un manto, como un héroe clásico, con el rostro de Apolo. Cerca de 500 personajes que representan en sí mismos las actitudes, los vicios y las virtudes del ser humano, con figuras reconocibles. Arcángeles con los símbolos de la pasión.



Los elegidos: Eva, Abraham, Abel, Juan Bautista, Julio II (con gorrito), San Andrés (de espalda), Vitoria Colonna (detrás de la escalera, San Pedro y San Pablo, San Marcos, Clemente VII (huye) Moisés, San Bartolomé (con la piel, posible autorretrato del artista), San Andrés, San Blas, Santa Catalina, San Sebastián,..




Los condenados, la oscuridad, el fuego los malditos, la traición, los vicios, Vanni Fucci (orgullo, se tapa media cara), Nicolás III (nepotismo), Herejía, Paolo y Francesca (lujuria), Miguel Ángel, Julio II, Platón, Lutero, Clemente VII, Savonarola, Caronte, Condestable Carlos III de Borbón (Sacco di Roma), Cesar Borgia.






En sus últimos años de vida tendrá presente esta obra: el tema central del juicio lo traspasa a la pietá.