domingo, 23 de agosto de 2015

La Capilla Sixtina

La Capilla Sixtina




En 1477 el papa Sixto IV de la Rovere inicia la construcción de la Capilla Magna, siguiendo el modelo de la Capilla Grande de Avignon, levantada por Clemente VI en 1342.  El arquitecto es Giovannino Dolci bajo el proyecto de Baccio Pontelli, con unas medidas de 40,93, 13,41 x 20 mts de altura, con las proporciones del Templo de Salomón –longitud tres veces la anchura y en altura la mitad de la longitud. Se aprovecha la parte baja  de la antigua capilla -el exterior es austero  y el interior es un estallido pictórico-.  No tenemos referencias de la arquitectura de la planta, aunque Benozzo Gozzoli la representa en el Viaje de San Jerónimo a Roma c. 1450. San Francesco a Montefalco.  

El exterior es una arquitectura de fortificación, poco renacentista, ya que estaba anexa a los muros del palacio papal. Es una estructura representativa próxima a las estancias privadas.  Utilizada por los canónigos, tiene una función ritual en la que se celebran los actos de importancia como es la elección del papa. Sixto IV la concibe un una gran intensidad ritual, parte la superficie en dos zonas que se inicia con un círculo, rota porphyretica, donde se coronaba a los emperadores, una entrada procesional hacia la parte noble del coro o cantoría, en el lugar de mayor privilegio se situaba el sitial del papa, en el lado derecho. El pavimento es de mosaico cosmatesco.



En 1480 acabada la reconstrucción arquitectónica y la guerra, Sixto IV en un intento de aproximación con los Medici y conociendo que en Florencia están los grandes pintores, encarga a Sandro Botticelli y a Pietro Perugino la decoración de los laterales de la capilla. Colaboran también los florentinos, Domenico Ghirlandaio, Cósimo Roselli, Biagio di Antonio Tucci, Piero di Cósimo, Luca Ssignorelli y Bartolomeo della Gatta.




Visita virtual Capilla Sixtina:

http://www.vatican.va/various/cappelle/index_sistina_it.htm


El altar se encarga a Pietro Peruggino, una pala sobre muro, la Asunción de María, como eje teológico de la Antigua y Nueva Alianza, “Sub lege” (Moisés) y “Sub gratia” (Cristo).

Los muros laterales se pintan a la manera gótica por encima de los tapices de época medieval, con los símbolos de, de la Rovere. Son escenas narrativas que muestran en paralelo la vida de Moisés y la de Cristo (algunas de las escenas están perdidas en la actualidad). 

En el muro de a izquierda la historia de Moisés: CONTURBATIO MOYSI LEGIS SCRIPTE LATORIS. Rebelión contra la Ley de Moisés (Botticelli), referida a  el motín de Coré, Datán y Albirón contra Moisés por nombrar a Aarón sacerdote. El arco tiene la inscripción: Nadie se atribuya el honor (del sacerdocio) sino es llamado por Dios, como Aarón. Disputa del cuerpo de Moisés (Matteo da Lecce). Las pruebas de Moisés (Botticelli), una lectura compleja que reúne 8 episodios. 









En el muro de la derecha las escenas de la vida de Cristo: CONTURBATIO IESUS CHRISTI LEGISLATORIS. Rebelión contra Jesucristo legislador (Pietro Peruggino), referido a la potestad a Pedro de las llaves, con  5 episodios, las leyendas exaltan a Sixto IV que emula a Salomón. Resurrección de Cristo (Hendrick van der Broeck).





La bóveda se encarga a un pintor secundario, Pier Matteo d’Amelia, con un diseño celestial, similar a la de  la Capilla Scrovegni.  


A los lados de las ventanas, en fornículas,  la genealogía de los papas.




Las pinturas de Miguel Ángel


En 1504 la capilla estaba en mal estado, “in rovina e tuja danneggiata,  las pinturas de Pier Matteo d’Amelia muy dañadas.  En 1508 el papa Julio II encarga a Miguel Ángel la decoración de la bóveda, inicialmente las figuras de los doce Apóstoles. El pintor cambia de idea para plantear  la historia de la redención, a partir de la venida de Cristo prefigurada por la de Moisés.

La bóveda


Hace una estructura geométrica en rectángulos con dos formatos diferentes; uno más grande y otro más pequeño, que dejan espacios para colocar tronos o cátedras para profetizar lo que sucede en los muros inferiores; la venida de Cristo por los profetas y las sibilas. La lectura es desde el altar, aunque el proceso de creación fue al contrario (la capilla estaba en uso).


El Génesis, desde la creación, separación de Dios y el nuevo encuentro con la salvación de Noé: Separación de la luz de las tinieblas, Creación de los astros, Creación de la naturaleza, Creación de los animales, Creación del hombre, Creación de la mujer, Expulsión del paraíso. Las escenas de Noé: el Diluvio, el Sacrificio, la Embriaguez, son las primeras y están concebidas de forma diferente, son de menor calidad y con un exceso de detalle que  no se aprecia desde abajo. Cuando bajó del andamio vio la confusión, al reemprender la nueva fase, abandona la tradición del quattrocento con una composición más potente y limpia que permite reconocer las escenas. Los rectángulos más pequeños están flanqueados por cuatro Ignudi sujetando tondos narrativos a la manera clásica.

A ambos lados los Profetas y las Sibilas.
En los arcos, los Antepasados de Cristo
En los ángulos y lunetas, el Antiguo Testamento,  David y Goliat, Judith y Holofernes, el martirio de Aman y la Serpiente de bronce y otros episodios.






Cuatro años trabajando en solitario para mostrar su genialidad y la superioridad sobre otros pintores, sobre un pontegio de torres móviles. La pintura caía sobre sus ojos por la postura en la que pintaba, este hecho lo recoge en uno de sus sonetos, el número 5:

MI' ho già fatto un gozzo in questo stento, coma fa l'acqua a' gatti in Lombardia o ver d'altro paese che si sia c'a forza 'l ventre appicca sotto 'l mento.
La barba al cielo e la memoria sento in sullo scrigno, e 'l petto fo d'arpia, e 'l pennel sopra 'l viso tuttavia mel fa, gocciando, un ricco pavimento.
E' lombi entrati mi son nella peccia, e fo del cul per contrapeso groppa, e 'passi senza gli occhi muovo invano.
Dinanzi mi s'allunga la corteccia, e per piegarsi adietro si ragroppa, e tendomi com'arco soriano.
Però fallace e strano surge il iudizio che la mente porta, ché mal si tra' per cerbottana torta.
La mia pittura morta difendi orma', Giovanni, e 'l mio onore, non sendo in loco bon, né io pittore.


En 1515 León X encarga a Rafael el diseño de los tapices de la parte baja de los muros.

  

Pared del altar: El juicio Final


La Capilla Sixtina se estaba convirtiendo en la capilla de los grandes papas, Clemente VII quería dejar su huella en ella.  En 1533 llama a Miguel Ángel para encargar las pinturas de la pared del altar, inicialmente debía ser la Resurrección de Cristo o la Resurrección de los muertos de la última parusía, el Juicio Final. Al llegar el artista a Roma el papa Clemente había muerto, su sucesor Pablo III asume el encargo. Miguel Ángel se encuentra con un muro con dos ventanas, pinturas y un retablo, no es un lugar adecuado para representar  el Juicio. El artista cerró las ventanas del altar y sacrificó la pintura de Peruggino para cubrir el muro y cerrar la luz, inclinó el muro engrosándolo unos cms., por la parte superior, para que la pintura incida sobre el espectador, esto otorga una gran presencia  a las figuras además de ser más grandes en la parte superior; es decir juega con la parte superior oscureciendo la inferior. Las pinturas se descubren en la vigilia de los Todos los Santos. Fue una obra muy criticada y censurada por los desnudos. Pablo IV propuso destruir el muro con la excusa que la capilla era pequeña.  Después de la muerte de Miguel Ángel, su gran amigo  Daniele de Volterra las retoca añadiendo paños a los desnudos, con ello recibió el apelativo de “il braguetone”.




Es una nueva expresividad en una composición de espacio tripartido del mundo medieval:
  1. Celestial: ángeles, Cristo y los elegidos, su ejército y la presencia de su Madre, un tema que tiene en su mente una vuelta a su infancia para encontrar el sentido de su existencia, tenía 60 años, la incerteza de la vida-muerte y la duda que empieza a tener de la transcendencia sobrenatural, aparece en las obras y en su poesía.
  2. Los que anuncian el juicio en el centro, los salvados a la derecha del padre, a la izquierda los condenados al infierno.
  3. La resurrección de los muertos, separados de cielo y del infierno.

El centro. Muy intenso, representa la tensión histórica y su propia historia, de madre e hijo que representó en la Pietá Vaticana, invirtiendo la actitud teológica (madre, hija de su hijo. Dante). Cristo está rodeado de un “ábside” formado por la corte celestial y acompañado por su Madre en una situación de sumisión y protección. No es un Cristo entronizado, sino desnudo con solo un manto, como un héroe clásico, con el rostro de Apolo. Cerca de 500 personajes que representan en sí mismos las actitudes, los vicios y las virtudes del ser humano, con figuras reconocibles. Arcángeles con los símbolos de la pasión.



Los elegidos: Eva, Abraham, Abel, Juan Bautista, Julio II (con gorrito), San Andrés (de espalda), Vitoria Colonna (detrás de la escalera, San Pedro y San Pablo, San Marcos, Clemente VII (huye) Moisés, San Bartolomé (con la piel, posible autorretrato del artista), San Andrés, San Blas, Santa Catalina, San Sebastián,..




Los condenados, la oscuridad, el fuego los malditos, la traición, los vicios, Vanni Fucci (orgullo, se tapa media cara), Nicolás III (nepotismo), Herejía, Paolo y Francesca (lujuria), Miguel Ángel, Julio II, Platón, Lutero, Clemente VII, Savonarola, Caronte, Condestable Carlos III de Borbón (Sacco di Roma), Cesar Borgia.






En sus últimos años de vida tendrá presente esta obra: el tema central del juicio lo traspasa a la pietá.




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