Patrimonio urbanístico
¿Hasta "cuanto" crece una ciudad?
Barcelona ha ido ocupando
de forma continuada las zonas verdes de sus “turons”, primero con pequeñas “villas”
para uso vacacional y después con los edificios de pequeño alzado, que los
inmigrantes construyeron con sus propias manos para tener un techo en la época
de las grandes inmigraciones de los ’60, procedían de toda España y buscaban el
amparo laboral en la industria y en el desarrollo de la ciudad. Más adelante, los pequeños edificios se convirtieron en
grandes bloques de pisos de hasta siete plantas que albergaban muchas más
viviendas; la especulación de suelo. Los “turons” no estaban preparados para
tanta masificación y las calles que con viviendas bajas se perciben como amplias,
en la verticalidad aparecen estrechas y angostas. Se dice que en los años ’60 y
’70 no había planes de urbanismo y que el gobierno corrupto practicaba la
especulación del suelo.
Los ciudadanos
tienen el derecho a tener su propio vehículo, al transporte, a los servicios, a la comodidad del comercio
de cercanía, a las escaleras mecánicas y a los ascensores cremallera, y hasta
como no, al “metro”. Esta es la situación actual de los “turons” de Barcelona. De
la huerta “Horta”, solo queda el nombre,… del “Tibidabo” ¿que quedará en el
futuro?
Antonio Ponz en su
libro “Viaje a España” describe la Barcelona del siglo XVIII, y ya menciona su
orografía, así de memoria diré que hablaba de un cinturón montañoso que se
desplegaba desde la desembocadura del río Besós, hasta la del río Llobregat, también
mencionaba algo así de que a la montaña de Montjuic separaba la ciudad de unas
lagunas que desprendían vapores, entiendo que se refería a la “Zona Franca” y ya no queda resto de la laguna.
Pues sí, Barcelona tiene
límites y no puede ni debe crecer más. En mi opinión, las montañas deben ser
montañas, los ríos deben seguir su curso y en las playas no debe haber
rascacielos. Si comparamos fotografías de Barcelona de menos de un siglo con
las actuales, observamos que la ciudad está “rampando” hacia Collserola y
Vallvidera “desmayándose” hacia abajo
¡pronto se encontrarán!
El Eixample es un
trazado único y modelo de urbanismo del
siglo XIX, está adornado con bellos edificios modernistas, su casco antiguo
está lleno de historia y el resto, “campi qui pugui”.
Me pregunto si alguno
de los gobiernos que se van dando la alternativa piensa en el futuro de Barcelona.